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En marzo de 2020, por primera vez en todo el mundo, poblaciones enteras se vieron obligadas a permanecer confinadas en su vivienda. Una situación inédita que ha suscitado una toma de conciencia, ha sacado a relucir desigualdades y ha hecho que muchas personas miraran su hogar con nuevos ojos. ¿Qué consecuencias ha tenido todo ello? ¿Y cómo ha afectado a los usos? Nos planteamos estas cuestiones con Monique Eleb, catedrática honoraria, investigadora del laboratorio de Arquitectura, Cultura y Sociedad siglos XIX-XXI (UMR/CNRS/MCC n.º 3329) de la Escuela Nacional Superior de Arquitectura de París-Malaquais, titulada como HDR (habilitada para dirigir investigaciones), psicóloga, socióloga, especialista en diseño del hogar e interlocutora de LEROY MERLIN Source*.

Un panorama de grandes contrastes

 

En abril de 2020, un estudio del INSEE (Instituto Nacional de Estadística y Estudios Económicos) de Francia ha puesto de manifiesto la desigualdad de las condiciones de confinamiento según el tipo, el tamaño y el número de residentes de la vivienda. De sus datos se desprende que casi dos tercios de los franceses viven en una casa (el 95% de ellos, con jardín). El tercio restante habita en pisos con un acceso exterior menos frecuente. Además, 5 millones de personas residen en viviendas superpobladas (en su mayoría, familias con hijos) y 10 millones viven solas.
El estudio COCONEL sobre coronavirus y confinamiento llevado a cabo por el INED (Instituto Nacional de Estudios Demográficos) del país galo en el mismo periodo aporta nuevos datos complementarios. Los franceses disponen de media de 48 m2 de superficie, un valor que ha aumentado en los últimos decenios. Pero una de cada diez familias habitaba en una vivienda superpoblada durante el confinamiento (frente a solo el 8% antes de la pandemia), y el 11% de las personas carecía de acceso alguno al exterior.

 

 

Un cambio de perspectiva

 

Para Monique Eleb, uno de los mayores impactos del confinamiento en el uso de la vivienda se basa en una forma de toma de conciencia: «Nunca nadie se había quedado tanto tiempo en casa, sin poder salir libremente». Esta experiencia ha suscitado el deseo de hacer bricolaje y obras de renovación.
Este periodo también ha generado en muchas personas un deseo de evasión. En este sentido, Monique Eleb recuerda uno de sus credos, «exterior interiorizado»: «Hace 40 años que defiendo que los pisos deben tener un espacio exterior para ver el cielo, observar los cambios de estación, palpar la tierra y relacionarse con la naturaleza. Durante el confinamiento, ha supuesto una carencia terrible para quienes no lo tenían».

 

 

Una cohabitación forzosa con efectos a veces indeseados

 

En uno de cada cuatro hogares, el confinamiento ha instaurado una nueva experiencia de vida, con una presencia permanente de los dos miembros adultos y los niños. «Han surgido numerosos conflictos porque las personas se estorbaban», recuerda Monique Eleb. «Esto me ha hecho pensar en la jubilación de un miembro de una pareja. De repente, el otro está ahí, todo el tiempo, y el estatus de la relación cambia.» Aunque muchas parejas se han enfrentado unidas a esta situación, el 12% de las parejas se ha planteado una ruptura a raíz del periodo de confinamiento (estudio Ifop de julio de 2021 para YesWeBloom.com).
Sin embargo, lo más notable sigue siendo el aumento flagrante de las violencias en el ámbito familiar, agravadas por una convivencia impuesta en una vivienda demasiado exigua, sin posibilidad de escapatoria: aumento de más del 400% de las llamadas recibidas por el servicio de atención a las víctimas de violencia conyugal entre el 9 de marzo y la semana del 20 de abril, y del 89% de las llamadas recibidas por el 119 (el servicio nacional francés para la infancia en situación de riesgo).

 

 

Cuando las actividades exteriores se trasladan al interior

 

Para las familias con hijos, la escuela en casa ha supuesto un auténtico desafío. Los hijos de las personas con cargos directivos han podido disponer en mayor número de una estancia independiente para estudiar. En cambio, la mitad de las parejas de empleados y trabajadores han tenido que compartir la sala con sus hijos. Como destaca Monique Eleb, «algunas familias han asumido muy fácilmente esta escolarización en casa, puesto que su nivel de cultura y educación les facilitaba la tarea. Otras han afrontado situaciones complejas que han hecho mella». La relación con el teletrabajo también ha variado en función de las condiciones de vida en el hogar. «En primer lugar, cuando trabajábamos en casa de manera ocasional, podíamos colocarnos en un rincón, a veces con una simple mesa de ruedas y pequeñas adaptaciones», explica Monique Eleb. «Pero eso ya no era posible con la perennización del teletrabajo; había que instalarse y, a poder ser, en una estancia aparte. Esto ha transformado la organización de muchísimos hogares.» La investigadora recuerda que el tamaño de los dormitorios en Francia representa un obstáculo para este tipo de acondicionamiento: «Miden 9 m2 de media, lo cual no basta para poner una oficina».

 

 

Lecciones extraídas de la experiencia del confinamiento

 

Una de las primeras observaciones se refiere a los criterios de selección de una vivienda.
Antes, el criterio principal era la ubicación. Ahora, es la luminosidad y la presencia de un espacio exterior. En términos más generales, el acondicionamiento del hogar podría evolucionar en el futuro, teniendo en cuenta las lecciones aprendidas en el periodo de confinamiento.

 

Monique Eleb nos confía algunos consejos:

 

● Recuperar una entrada en todas las viviendas para dejar abrigos, calzado… como en una especie de burbuja.
● Renunciar a la organización de espacios de día/noche, con una sucesión de salas.
● Añadir una estancia separada del resto, cerca de la puerta, para recibir a un abuelo, una asistencia domiciliaria…
● Acabar con el mito de la cocina abierta y la carga adicional consiguiente sobre las mujeres, más frecuentemente a cargo de la limpieza.
● Disponer de un espacio exterior como una estancia más del hogar.

 


 

Para profundizar en el tema
– «La maison des Français» (La casa de los franceses) de Monique Eleb y Lionel Engrand, Ed. Mardaga (2020, 286 p.)
– «Ensemble et séparément, des lieux pour cohabiter» (Juntos y por separado, lugares para cohabitar) de Monique Eleb y Sabri Bendimérad, Ed. Mardaga (2018, 396 p.)
– «Logement contemporain, entre confort, désir et normes» (Vivienda contemporánea, entre confort, deseo y normas) de Monique Eleb y Philippe Simon, Ed. Mardaga (2013, 358 p.)
– Un artículo de prensa que menciona a los interlocutores de Leroy Merlin Source


 

* Leroy Merlin Source, una red y un conjunto de recursos
Desde 2005, la red de investigación sobre el hogar de Leroy Merlin Francia lleva a cabo numerosos proyectos con interlocutores, investigadores asociados, laboratorios de investigación de universidades y escuelas nacionales superiores de arquitectura. Gracias a la experiencia y el potencial de su red, que aúna las ciencias humanas y sociales, el diseño y las disciplinas artísticas, Leroy Merlin Source desea elaborar y difundir entre el gran público conocimientos originales y miradas inéditas sobre las nuevas formas de habitar la vivienda.